2017/07/13

ERRETIROAK/JUBILACIONES



           Cada uno llegamos a esta profesión por motivos varios, unos por vocación, y otros por tradición (tuvimos abuelos maestros) y el paso de los años ha hecho que amemos este trabajo, ya desde el conocimiento y no desde la ilusión.

       Uno se prepara para aterrizar en un centro, llega con una formación básica y suficiente, pero la verdadera enseñanza te la da la predisposición a aprender, el sinfín de compañeros y compañeras con los que has colaborado codo con codo, día a día, y también los alumnos y alumnas. Ha sido un proceso de continuo aprendizaje,  que nos ha ido perfeccionando y que por suerte no se acaba nunca.

     Hemos tenido una gran suerte trabajar con niños y niñas, ayudarles en su proceso madurativo en todos los niveles. Una materia prima muy delicada a la que nosotros hemos podido acceder, para moldearla. Esto ha sido un gran privilegio.

         Tenemos una larga historia en la que ha habido, por supuesto sin sabores. Estos momentos nuestra memoria (muy sabia) los relega a un rinconcito, pero hemos de valorarlos en su justa medida: ellos nos permiten seguir aprendiendo. Un paso atrás y dos hacia delante.

   No hay mayor satisfacción cuando ves en un alumno tuyo esa cara de sorpresa, esos ojos abiertos  y esa expresión que dice “ahora caigo”. Vivir eso no tiene precio. Y es más son momentos que te inyectan más energía para continuar tu labor.

    




 Y para esta nuestra última trayectoria desarrollada en la escuela de Cervantes en la que hemos estado más de diez años hemos de decir que no tenemos más que palabras de agradecimiento, porque nos hemos encontrado muy a gusto trabajando, porque hemos tenido la libertad necesaria para llevar a cabo muchos proyectos, porque hemos tenido apoyos y colaboración de todos los compañeros y compañeras que han sabido llevarnos y de los que hemos aprendido mas de lo que esperábamos.

       Como tutores de 5.D y 5ºA/6ºA, y ya en este curso hemos de darle las gracias a todas las personas con las que hemos trabajado estrechamente, compañeros de nivel, específicos de nuestras tutorías y nuestras petes y sobre todo al equipo directivo por comprendernos y tener paciencia con nosotros.

        Está claro que os echaremos (esperamos que no mucho) de menos el colegio, los alumnos/as, los compañeros y la vidilla interior del centro.

     Cerramos este capítulo del libro de la vida y abriremos el siguiente. No sabemos si está escrito o lo tendremos que escribir.

                        Ha sido todo un placer



                                     Carmen Vildosola y Jaime Redondo

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